Beato

Un beato es un difunto que mediante el proceso de beatificación ha sido nombrado así por el Papa en nombre de la Iglesia Católica. El beato puede ser venerado en público en una región determinada, generalmente la región que pidió su Beatificación. La consideración de beato constituye el segundo paso en el camino de la canonización. El primero es venerable, el segundo beato y el tercero santo.


Proceso de beatificación

El proceso de beatificación declara que un difunto ha vivido una vida de santidad, y ha realizado un milagro después de su muerte o ser mártir. Comienza cuando el obispo de la región de donde nació, vivió o murió el candidato presenta su caso a la Santa Sede. Este consta de una biografía completa, y evidencias del milagro atribuido al mismo. Este caso es evaluado por un grupo de expertos en ciencias (católicos y no católicos) y teólogos. Si el caso es aprobado el candidato es declarado beato.

Para la beatificación de un mártir es suficiente la declaración oficial de su martirio por parte de la Iglesia, por ello no se requiere ni el proceso de virtudes heroicas ni tampoco el milagro, que, en cambio, se exige para la canonización.